Madame Bovary.

 


“El hombre al menos es libre, puede entregarse a las pasiones, recorrer países, superar obstáculos, gustar las dichas más exóticas. Pero a una mujer todo esto le está continuamente vedado” (253).

Es una novela escrita por Gustave Flaubert. Se publicó por entregas en La Revue de París desde el 1 de Octubre de 1856 hasta el 15 de Diciembre del mismo año; y en forma de libro, en 1857. 

En el verano de 1848 los periódicos publicaron una noticia que conmovió a gran parte de una comunidad francesa, cerca de la ciudad de Ruan: una joven ama de casa, casada y madre de una hija, se había suicidado luego de cometer varios adulterios y de contraer enormes deudas para la compra de elegantes prendas de vestir y otros objetos. A sus 27 años de edad, la mujer conocida como Delphine Delamare había puesto fin a su vida, hastiada del matrimonio y de la rutina doméstica. El artículo fue uno de los más comentados del momento y llegó también a manos de un Flaubert, quien no solo entendió la desesperación de una mujer en particular, sino la de muchas otras que soportaban la opresión machista de la época, aunque el miedo las obligaba a sonreír y callar. (Ministerio de cultura Argentina, 2020).

Contexto histórico. 

Históricamente, la novela se ubica en el Imperio de Luis Napoleón, quien se caracterizó por su superficialidad, el lujo y el enriquecimiento de la alta burguesía a costa de la clase proletaria, la cual controlaban con fiestas populares. 

La importancia capital de la novela consiste en que Flaubert, a través de ella, plasmó la sociedad burguesa de Francia de mediados del siglo XIX. 

Para esta época, ya se habían suscitado los primeros pasos al movimiento feminista, sin embargo, su importancia fue ignorada a pesar de haber nacido a la par de la Ilustración:

El feminismo es un hijo de la Ilustración, pero un hijo no querido. Nació porque algunas mentes ilustradas –mujeres todas ellas, con alguna contadísima excepción– lo concibieron, lo trajeron al mundo y el nuevo vástago fue creciendo y reproduciéndose, cada vez con más ímpetu, de generación en generación. El feminismo remata una Ilustración que, sin las reivindicaciones feministas, no se habría completado. (Camps, 2010, párr.1). 

Emma es una hermosa mujer joven que se siente fascinada por el amor, o al menos, por lo que le muestran los libros, ella es la encarnación del romanticismo. A pesar del paso del tiempo, todas podemos identificarnos con Emma. Todas somos Emma.

Características.

  • Se entrega a la imaginación y subjetividad.
  • Lucha por la libertad y se rebela contra lo institucional.
  • Descubrimiento de su sexualidad.
  • Se ve inmersa en la infidelidad.
  • Emma está condicionada por los límites de la sociedad.
No vemos un gran cambio en los pensamientos de la sociedad acerca de lo que debe o no debe ser una mujer, pero Madame Bovary se atreve a cuestionar y criticar, revoluciona la imagen de la mujer con Emma como protagonista y heroína.

No podemos analizar o criticar al personaje bajo las reglas morales, pues el contexto de Emma es lo que la lleva a actuar de tal manera, se ve encerrada por la sociedad, por su infancia, por su posición como mujer, por su economía, en fin, Emma actúa como debe actuar, como el encierro la obliga a actuar: 

Lo que, en su momento, muchos leyeron como una novela moralizante sobre porqué las jovencitas no debían tener acceso a una educación superior, fue también leído como un canto a la liberación de la mujer y una severa crítica a una sociedad que la condenaba al ámbito doméstico, muchas veces en contra de su propia voluntad y aún y cuándo ésta sintiera que estaba destinada a otra cosa. (Kelly Martínez, 2015).

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